Sí, un estudio reciente de la Universidad de Harvard, rebotado en todos los medios internacionales, revela cómo la cafeína ayuda a mantener bajo control la diabetes tipo 2. He aquí cómo y por qué.
Después de años de satanización de la cafeína, he aquí una buena y excelente noticia para los amantes del café: beber café es bueno, muy bueno porque ayuda a contrarrestar la aparición de la diabetes tipo 2 (o mellitus, es decir, la diabetes que afecta al 90% de los pacientes y que se produce en la edad adulta o como consecuencia de malos hábitos alimentarios y de estilo de vida).
El estudio, realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard, se basa en observaciones de las estadísticas de consumo de más de un millón y medio de personas y en un experimento realizado con 123.000 adultos. Los análisis mostraron que las personas que bebían una taza de café al día durante un período de cuatro años reducían su riesgo de diabetes en un 11 %, mientras que quienes consumían 2-3 espressos al día (el equivalente a 3 o 4 americanos, los cafés utilizados en el estudio) era un 37 % menos probable que se desarrollara por la mañana. Los adultos que bebieron menos café en ese período de tiempo vieron aumentar su pronóstico de aparición de diabetes.
"Parece haber una relación de causa y efecto entre un mayor consumo de café y un menor riesgo de diabetes", dijo a CBS NEWS el investigador Dr. Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología. "Las personas que bebían de 3 a 5 tazas de café al día mostraron una reducción significativa en el riesgo de diabetes tipo 2". Sin embargo, esto no se aplica a las personas que no pueden beber demasiado café porque no responden bien a la cafeína, un estimulante que hace que algunas personas se despierten más, pero que también puede causar palpitaciones y aceleración del corazón en otras.
El estudio fue publicado el 24 de abril de 2014 pero aún es difícil identificar qué componentes del café pueden contribuir a disminuir el riesgo de diabetes tipo 2. Los investigadores creen que es la combinación de antioxidantes, fenoles y otros nutrientes, capaz de afectar resistencia a la insulina -uno de los signos de alarma de la enfermedad- y para mejorar el metabolismo de la glucosa.
Sin embargo, ¡el café solo no es suficiente! Investigadores de Harvard también señalan que el café solo puede ser parte de una dieta saludable, compuesta por ejercicio y un adecuado control de peso. Y nunca exceda la "dosis" recomendada de 300 mg por persona (3-4 tazas por día).